Romance

Ya madrugada, señores,
y el juglar vela en silencio,
mientras la luz presentida
le delata en el espejo
y versos y soledades
a un tiempo le llevan preso.
Ciego desde aquellos ojos,
siente llegar el recuerdo
maduro bajo las ramas
desgajadas de otro tiempo.
Y piensa que el corazón
es un malherido sueño,
oye los últimos pasos
de quien huye del regreso
y se extravía en las citas
nocturnas y sin encuentro,
torpe de la tempestad,
abanderado en los besos
que se perdieron un día
rojos desde su pañuelo.
Ya madrugada, señores,
y es tarde en su pensamiento.
¿Pero quién le llevará
luces y viento viajeros,
qué visitadas estrellas
serán norte y vino fresco,
cintura de la esperanza,
yerba de su paradero?
Adentro le crece un río
que se desborda en el pecho.
Parece que fue mañana
cuando la vida y su cuerpo.
Ya madrugada, señores,
cuando el alba va poniendo
por las sábanas con frío
la trampa y el sentimiento.