Cada vez más dormidas tus ingles…

Cada vez más dormidas tus ingles a mi beso,
menos ágil tu salto de amor a mi cintura;
cada instante una suerte de luz, una postura
cada vez más dormida, más nueva en tu regreso.

Tú cada vez más tibia mientras con furia meso
tus cabellos, tus rizos, los desgarro con dura
plenitud de latidos y abrazos. Mi locura
no tiene fin. En tanto, te me tornas de yeso,

de metal, de alabastro, de cera, de ciprés.
¿Para qué tantos besos, mi amor, a cada paso?
¿Qué colinas, qué tiempos para luchar contigo?

Cada vez más dormidas tus ingles. (Y la mies
sólo sabe su risa cuando revienta el trigo)
En tanto yo te espero. Te irás mañana, acaso.

De SERENA LUZ DEL VIENTO [Granada: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Granada, 1974]